El cierre del encuentro de los jefes de estado de los países más importantes del mundo el último 31 de octubre derivó en la firma de diversos acuerdos de cooperación internacional. Entre ellos, los gobernantes se comprometieron a redoblar esfuerzos para combatir el coronavirus mediante una mayor producción de vacunas y una fuerte campaña contra la desinformación en materia de salud.
Además, los mandatarios pusieron firma al impuesto global a las sociedades, una medida que ha sido debatida intensamente durante los últimos años.
Acuerdo climáticos en la víspera de la COP26
Junto con las negociaciones en materia política y económica que convocaron a los líderes de las economías más poderosas, también se pusieron en discusión políticas públicas relativas a la regulación ambiental. La trayectoria del calentamiento global, que parece seguir los peores pronósticos, ha impulsado a los primeros ministros a fijar metas más ambiciosas para prevenir un daño irreversible.
Los ejes de debate fundamentales giraron en torno del incumplimiento de los países desarrollados de los objetivos de asistencia a las economías más pobres en el proceso de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. Según lo informado, sólo se ha desembolsado una mínima parte de los 100 mil millones de dólares anuales estipulados para este fin. En el mismo sentido, especialistas mundiales en gestión energética denuncian que el ritmo de instalación de parques de generación de energía renovable es extremadamente lento y está muy por debajo de lo consensuado en el Acuerdo de París.